Serie: Nuevo año
Titulo: “Un llamado a no afanarse”
Texto: Filipenses 4:6-7 Audio: Un llamado a no afanarse.
Introducción: Uno de las características que han marcado la época
pos moderna en la que vivimos es que la palabra estrés y ansiedad son palabra
que usamos a diario para referirnos a como las circunstancias o personas
alteran nuestro ser de manera que nos hace estar ansiosos y desesperados. Aun entre
nosotros como cristianos, el afán puede ser una de la más grande barrera para
confiar en Dios. El afanarse es claro enemigo de nosotros. El domingo
antepasado cuando pudimos ver los primeros versículos de este capítulo, vimos que
hay un fuerte llamado a Regocijarse en Señor, y al menos podemos entender
porque.
En primer lugar hermano recordemos
que regocijarse en el Señor implica amor fraternal, estabilidad y amor por la
Iglesia. V.1 (4:1 Así que, hermanos míos
amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados.) Pablo
les recuerdo esto a la Iglesia de Filipos y nos hace considera esto con
seriedad. Vimos también en segundo lugar que regocijarse en el Señor también
implica armonía entre nosotros. V.2-3. Ruego
a Evodia y a Síntique, que sean de un mismo sentir en el Señor, Asimismo te
ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a éstas que combatieron
juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás
colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida. La armonía
entre nosotros dará claridad en que nos estamos regocijando en el Señor. Y ya
por ultimo vimos que Regocijarse en el Señor implica gozo continuo y amabilidad con todas las personas. V.4-5 Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez
digo: ¡Regocijaos! Vuestra gentileza sea
conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. De manera que estas tres divisiones del
texto llegan a recordaron el gran llamado a Regocijarnos en el Señor y hacerlo
de manera adecuada.
Ahora bien, este día veremos los
versos 6 y 7. Leamos esta parte. 4:6 Por
nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios
en toda oración y ruego, con acción de gracias. 4:7 Y la paz de Dios, que
sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jesús.
Se nos dice que no estemos afanosos
por nada, pero en esta vida tan preocupante, ¿Cómo no afanarse? Como podemos
dejar de afanarnos en una vida que es tan preocupante! Déjeme le explico. EL
texto dice que no nos afanemos por nada! Venga lo que venga no te preocupes!
Pero la clave del texto es comprender lo que el Apóstol Pablo quiere comunica!
Él no quiere solo decir, ¡NO se afanan! Les dice que no se afanen con nada!
Pero que hagan conocer sus peticiones delante de Dios. Pero no solo eso, sino
también en cada oración y añadido a esto, con ruego. Pero además el Apóstol
añade, con acción de Gracias.
Ahora déjeme explicar esto
comprendiendo el interior de estos versos, y la intención del Apóstol. Con esta
predicación titulada: Un Llamado a no afanarse.
EN primer lugar encontramos:
1. }EL PROBLEMA
FUNDAMENTAL DEL LLAMADO. V.6(A)- POR NADA
ESTÉIS AFANOSOS…
Cuando Pablo sigue escribiendo a
los filipenses él va directo al grano. El empieza con el problema: El afán o la
ansiedad. Hay un grupo de aquí de la Iglesia al que este versículo les queda
muy bien: Los niños. Los niños parecen vivir sin ningún tipo de afán. La
expresión que se traduce estar afanosos, también podría traducirse como “sentir
ansiedad” o algún sinónimo como: preocupación, o angustia. Viene de una palabra
griega que es una palabra combinada de 2 raíces, la primera raíz quiere decir
“dividir” y la segunda raíz “mente”. Así que la ansiedad o el afán según el
concepto del Nuevo Testamento es tener una mente dividida. Una mente dividida
entre pensamientos legítimos y pensamientos destructivos. La expresión que
Pablo usa aquí es igual a decir: “No se inquieten por nada”, “no se aflijan por
nada. Esta palabra la uso Cristo cuando le dijo a Marta: Afanada y turbada
esta con muchas cosas” Esto en Lucas 10:41. Todos tenemos que lidiar con los
asuntos de la vida, y tenemos que luchar con eso. Muchos estudios se han hecho
para comprender el afanan o la ansiedad en las personas, pero casi todos están
de acuerdo que el 90% de las aflicciones no son reales. Cuando nosotros nos
afanamos esas cosas actúan en nosotros como si en realidad hubieran sucedido.
Las personas con desorden mental,
sufre eventos que nos son reales como si fueran reales. Esto hace que las
personas pasen por alguna situación imaginaria como real. Sufren el afán como
si en realidad hubiera pasado, de manera que su cuerpo reacciona como si lo
imaginario fuera una realidad. La ansiedad toma prestado los problemas de
mañana y los hace experiencia del día de hoy y no hay razones para esto,
especialmente en la vida del creyente. Ahora bien, esto también para a los
creyente.
2. LA RECETA DEL LLAMADO: LA ORACIÓN. V.6 (b) sino sean conocidas vuestras peticiones delante de
Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
Pablo está diciendo, no se afanen
por nada, pero si oren por todo, tenemos que aprovechar toda la energía que la
ansiedad nos quita y debemos de dirigirlas a Dios en oración. En una edad de
relativismo Dios es el único que puede escucharnos en oración.
Pablo usa 4 palabras diferentes para recordarnos esto en este pasaje.
a) Oración: Esto es toda conversación hacia el
padre y esto debe de hacerse en reverencia. Ahora, aun dentro del pueblo
cristiano, muchos cuando oramos no lo hacemos en reverencia a Dios. Ora con
reverencia de corazón. En el tiempo de ansiedad debemos de acercarno0s al
padre.
b) La segunda palabra es ruego: Esta
palabra significa suplicar. El verbo de esta palabra es querer. Así que se trata
de alguien que viene y pide. De manera que nos acercamos a Dios en oración
reverente y en ruego, esto es quiere hacerlo. Esto se trata de alguien que ora
y pide. Dios está listo para ayudarnos pero alguien tiene que pedirle.
c) La siguiente palabra es peticiones. He notado
que los creyente tenemos problemas para orar de manera específica, porque hemos
desarrollado maneras generales de orar. Algunos oramos y decimos: Señor bendice
a todos los misioneros. Eso suena bien, Pero debemos de orar por misioneros por
nombres. Algunos podemos decir: Señor ayúdanos a amarnos unos a otros. Pero mis
hermanos, tenemos que orar de manera específica: Señor, ayúdame a amar a Juan,
a Pedro, a Amalia. La petición se vuelve general, cuando no somos específicos.
Mis hermanos la receta que Pablo nos da para el afán y la ansiedad es la
oración. Nos hemos equivocado en la manera que oramos. Es muy diferente
hermanos decir: Señor bendice a mi familia por favor. A decir: Señor estoy
preocupado por mi esposa, permíteme amarla en este tiempo duro, Señor sabes
también que me preocupa mi hijo. Tiene algunos problemas en la escuela y sabes
la impotencia que siento de no poderlo ayudar, extiéndele la mano y dale gracia
para que pueda permanecer en ti a pesar de las tentaciones en la escuela.
Hermanos les repito, hemos desarrollado una manera muy general de orar, que no
tiene mucho efecto, desde mi punto de vista. Con esto quiero decir que no somos
específicos en la manera que oramos. Un consejo para aprender a orar especifico,
es leer los salmos, y específicamente como David ora a Dios y como lo hace de
manera específica.
d) La cuarta y última palabra es: con acción de gracias. Ahora esta
es la última y más importante palabra. V.6. La palabra importante en esta oración
es: con. Vamos a leer el verso 6 otra vez. La acción de gracias es la base de
todo lo que hagamos en esta receta. De manera que como quiera que ore, de
manera general o de manera específica, en reverencia al padre o suplica a Dios,
o simplemente queriéndolo hacer, debemos de hacerlo con acción de gracias. Todo
tiene que hacerse con acción de gracias. Esto quiere decir que debemos
asegurarnos que cuando oramos en cualquier situación es hacerlo con acción de
gracias. Cuando las oraciones de nosotros son con acción de gracias, nos damos
cuenta que lo más maravillo que tenemos es Dios. En la situación más difícil,
la muerte, podemos estar agradecido. Que es lo peor que nos puede pasar en esta
tierra? La muerte. Pero aun en ese momento cuando oramos en acción de gracias, lo
terrible se vuelve una razón para agradecer a Dios.
Hermanos en un lecho de muerte el
afán puede llegar a ser nuestro peor aliado. Pero estando en Cristo, el afán no
se nos permite, sino se nos llama a tener acción de gracias, y esto es porque
tenemos vida eterna. Debemos ser agradecidos aun en esta situación porque la
esperanza de la visa eterna es más grande que la aflicción que la muerte trae.
Si hacemos un resumen de este texto, podemos conectar el verso en esta
simple oración. No se afanen por nada, oren por todo, y den gracias en todos.
Así que el problema es el afán. La
receta es la oración en todo con acción de gracias.
3.
LA
SEGURIDAD DEL LLAMADO. V.6. Y la paz de
Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jesús.
Que mayor seguridad tenemos en Dios
que si propia paz. Una paz tan increíble que ni siquiera lo podemos imaginar.
Esta paz de Dios sobrepasa nuestro entendimiento. Este verso es la finalidad
del llamado a no afanarse, porque nos asegura que Dios se encargara de guiarnos
y darnos paz, pero termina de una manera que nos brinda una seguridad eterna.
El texto termina diciendo, guardara vuestros corazones en Cristo Jesús.
De esto modo la paz de Dios, solo
la que el da, al hacer fruto con nuestra oración y la confianza en Dios no solo
calmara todos nuestros temores sobre el futuro, sino que también ayudara a
desvanecer todas las dudas que pueden surgir durante los tiempos de mucho afán.
Y esto también es una seguridad en la Iglesia, porque añadido a esto, Dios
guarda nuestro corazón en Cristo. Esto permite que no nos desviemos.
Ahora bien, hay 2 implicaciones de
esta seguridad del llamado en la primera parte del texto.
-La primera: La paz que sobrepasa
nuestro entendimiento no significa que no la podamos comprender. Esto más bien
significa, que esta paz supera todos los esfuerzos, todos los cálculos y todas
las preocupaciones que el entendimiento puede imaginar e intentar poner en
práctica en intentar poner en paz el corazón y el propio pensamiento. Dicho de
otra manera, la paz de Dios nos da la calma suficiente para que nuestro débil
corazón y nuestros turbios pensamientos estén seguros y confiados en Dios.
-La segunda implicación: La paz que
sobrepasa nuestro entendimiento es necesaria para que podamos tener calma.
Hermano si nosotros no tenemos esa paz de Dios nada podrá clamar nuestro afán.
La paz de Dios es la una alternativa que tenemos en nuestro vida para permanecer
en calma. Ahora esta es la mayor seguridad. Es necesaria para nosotros.
Para finalizar este texto el
Apóstol Pablo se asegura se recordarnos el amor de Dios y la seguridad que
tenemos en él, esta es la promesa: Guardara vuestros corazones en Cristo Jesús. Así sea!
Excelente. Bendiciones hno.
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