
Al pensar en el pecador como blanco de las misiones,
estamos errados, ya que no es el propósito principal, (aun por lo importante
que es). Estoy de acuerdo con Piper en esta primera parte, porque las misiones
es un tema complejo (si lo estudiamos correctamente) mas no difícil de
comprender. Entonces si el objetivo último de la Iglesia es la adoración y no
las misiones, ¿Cómo podemos explicar que el principio que se exalta en las
Iglesias actuales es el contrario a esta verdad? Piper contesta esta pregunta
en tres facetas distintas (Lo citare como él lo ha escrito) La supremacía de
Dios en las misiones a través de la adoración, a través de la oración y a
través del sufrimiento. Quiero hacer un comentario personal de este punto: Yo pensaba
que las misiones tenían el propósito de predicar el evangelio a los perdidos y
tratar de llevar la gran comisión a las personas. Ahora bien, yo entiendo que
este deseo no es malo, pero objetivamente hablando, este pensamiento que tenía
no es el correcto. Ahora, providencialmente Dios me llevo a entender el punto
principal por el cual me debo de regir en las misiones. Piper fue pieza clave
en esta luz. Personalmente este tema de las misiones, era un tema recurrente,
en cada vez que tenía la oportunidad de recordarlo, o de comentarlo. Puedo
reconocer esto en una conclusión, “…hacedlo
todo para la Gloria de Dios” (1 Corintios 10:31).
“La oración y
el sufrimiento, a través de la fe en Cristo Jesús, lograran grandes cosas”[1] Estas
palabra fueron dichas por John Eliot, quien fue una traductor puritano, que
sirvió a Dios en regiones indígenas. Piper, en la segunda parte del libro, aborda
el tema de la supremacía de Dios en las misiones a través de la oración. Este
punto es importantísimo, Martin Lloyd-Jones dijo: ¿Cuántos de nosotros nos hemos sacudido para aferrarnos a Dios?
¿Cuántos? Esta es una típica enseñanza bíblica, que fue también la enseñanza de
nuestros padres. Esperaban en el Señor y clamaban y lloraban hasta que el
rompía los cielos y descendía. Aferrémonos a Él, y roguemos que vuelva a hacer
valer su propia verdad y las doctrinas que son tan preciadas para nuestro
corazones, que la Iglesia sea avivada y multitudes puedan ser salvadas”.[2]
El tema de sufrimiento en las misiones es un tema
controversial (desde mi perspectiva), pero al mismo tiempo valioso, porque se
puede ser un mártir sin ser un misionero, ahora esto lo digo, por la gran lista
de mártires que la Iglesia católica y otras religiones tienen, pero que a la
luz de la Palabra sabemos que no son misioneros. Por un lado está el engaño,
pero por el otro lado, el sufrimiento que forma parte vital en las misiones,
así como la sangre del cuerpo. El sufrimiento es la prueba más grande de la
identificación con Cristo. Parece verse que el falso “evangelio de la prosperidad” omite la verdad del sufrimiento como
identificación con Cristo Jesús. Pero no es de extrañarse, ya que esta
corriente omite muchas verdades, pero así como omiten tantas verdades, ellos
serán omitidos de la vida eterna, y tendrán su abundancia de ira en el mismo
Hades.
La última parte del libro se concentra en explicar a
Cristo como el centro explícito de la fe salvadora y a Jonathan Edwards y su
ejemplo en la supremacía de Dios en todas las cosas, sin fatalizar esta verdad
y olvidarse de los perdidos. Esta parte se me hizo fascinante, ya que una vez
más me recuerda las verdades de Cristo encontradas a través de toda la
Escritura. Piper en sus libros cita mucho a Edwards y creo, que los hace con
justa razón. La voz de Edwards sique siendo una de las voces que más se extraña
en la Iglesia moderna. No tengo alguna crítica negativa hacia John Piper en los
tema tocados en este libro, ya que es un terreno poco estudiado por mí, más si
estoy de acuerdo con él y me uno a su causa, de hacer suprema esta verdad que
respecta a las misiones.
A manera de conclusión, puedo notar que las misiones
en su definición generacional, esta errada, pero en la definición de la Palabra
de Dios está completa, Dios quiera usar la sabiduría de hombres como John
Piper, y la valentía de muchos miles de personas misioneras para elevar su
Gloria por encima de cualquier propósito ajeno a esta verdad, para que Dios se
exalte en la salvación de los perdidos, porque la salvación es de Señor.
Dios quiera usarnos a nosotros, (los espectadores
pasivos) a entrar en el mundo de las misiones y construir una teología correcta
en este tema, que no se desvanezca, sino
que se herede por las generaciones venideras, y que todo lo que la iglesia de
Cristo haga, refleje la Gloria que eternamente el Dios de todo lo existente ha
tenido. A El, y solo a El sea la Gloria
por los siglos de los siglos, Amen.
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