1 PARTE. MIERCOLES
27/MAYO/2015.
(Un estudio impartido en la IEL
Vida Nueva I) Ps. Michel Fuentes
Título: La promesa de Nuestro Dios
y el Deber del creyente.
Texto: Romanos 8:13.
Introducción: En este texto
el apóstol Pablo confronta a sus lectores con dos caminos posibles, o dos alternativas posibles. El primer camino
es, “si viviréis conforme a la carne moriréis”. La otra alternativa es “más si
por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis”. El propósito de
esta predicación es estudiar la segunda alternativa que tenemos. Vayamos parte
por parte para encontrar todo lo que compone este verso.
Antes de empezar con nuestro texto, vamos a ver otra traducción
posible que estaré usando mucho. La
Biblia de Oso, que es una traducción de Casiodoro de Reina de 1569, traduce
este versículo así: Rom 8:13 porque si viviereis conforme a la carne,
moriréis; más si por el Espíritu mortificáis las obras del cuerpo, viviréis.
Usare esta traducción para dar el énfasis del texto con más fuerza, el
griego tiene un énfasis muy importante en este versículo, porque la traducción nos da la idea de un acto
hecho una sola vez, pero esta traducción que usare, da un énfasis mucho más
cerca del texto griego. Matar no suena igual que mortificar, porque no se puede
matar algo dos veces o si, pero si se puede mortificar algo constantemente. Es
por eso que la usare y después explicare su traducción.
Primero, el texto empieza
con “PORQUE SI”. Ahora, esta frase Pablo
la usa para indicar la conexión entre la mortificación o el haced morir las
obras de la carne y la vida. Déjeme
darle un ejemplo: Es como decir a un hombre enfermo. “Si tomas esta medicina,
pronto te sentirás mejor”. Al hombre enfermo, se le está prometiendo un mejoramiento en su salud a condición de que siga las indicaciones que se le dan.
En una manera semejante, el “si” de nuestro texto nos dice que Dios ha señalado
“la mortificación de las obras de la carne” como el medio infalible para alcanzar
la “vida”. Existe una relación inquebrantable entre la verdadera mortificación
del pecado y la vida eterna. “si… mortificáis las obras de la carne, viviréis”
Entonces el motivo para obedecer lo que Pablo dice, está aquí. Es como si Pablo
digiera, si quieres vivir, mortifica al pecado, pero como explicamos esto.
Ahora bien muchos se han preguntado si Pablo está diciendo en este
texto, que la vida eterna depende de la notificación del pecado. La respuesta
es sí y no. En primer lugar la repuesta es no, porque esto sería salvación por
obras. Entonces Pablo no contradice aquí, lo que el mismo enseño en muchos
otros textos que afirman que la salvación es solo por gracia. Entonces ¿porque
plantea el apóstol la importancia de mortificad o haced morir el pecado? O en
otras palabras, ¿en cuál sentido podemos contestar si a esta pregunta? Daremos
tres respuestas.
En primer lugar, si debemos
mortificar el pecado porque todos que viven conforma a la carne, no son
realmente creyentes. Los creyentes verdaderos ya no están bajo el dominio y el
control del pecado (carne).
Segundo, cuando Pablo dice
“si viviereis conforme a la carne moriréis, está haciendo una aclaración
general. Es como si digiera, todos aquellos que mete su mano al fuego, se
quemaran.
Tercero, cuando el apóstol
dice: “si por el espíritu mortificáis o haced morirlas obras de la carne,
viviréis”, simplemente está hablando en la salvación del pecado, en términos
más completos. Es decir, El propósito de Dios, hermanos, en la salvación de los
pecadores es “para que sean santos y sin
mancha.”
El Diccionario VINE del N.T
dice de esta palabra: thanatoo (θανατόω, G2289) , hacer morir, en Mat_10:21
: «harán morir»; Mar_13:12; Luc_21:16 : «matarán». Se usa de la muerte de
Cristo en Mat_26:59 ; Mat_27:1; Mar_14:55 y 1Pe_3:18. En Rom_7:4 , voz pasiva:
«habéis muerto», lit. «habéis sido hechos morir», se dice con referencia al
cambio de la esclavitud a la Ley a estar unidos con Cristo. Expresa el acto de
Dios sobre el creyente mediante la muerte de Cristo. En 8:13 se refiere al acto
del creyente mismo, como responsable para dar una respuesta al acto de Dios, y
así hacer morir «las obras de la carne».
CONCLUSION: Nos es necesario
como creyentes, poner en claro la demanda de este verso, como un estandarte muy
presente en nuestras vida. Debemos de mortificar las obras de la carne, y
cumplir con la Palabra de Dios, por amor a su nombre y por honra a su llamado
de ser santos.
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